¿Religión o Moral?
La Font del Partegat, es un lugar que siempre me ha gustado, porque se respira naturaleza por todas partes. Ha pesar de estar a sólo unos treinta kilómetros de Benidorm, es un lugar bastante alto y solitario, bastante frío también en invierno y donde prácticamente suele nevar todos o casi todos los años. A esta fuente se sube desde Benifato y se halla situada justamente, donde empieza la ladera norte del monte Aitana, en la sierra de su mismo nombre. El agua que mana de su fuente es muy buena, y sale muy fría en verano.
A mí me gusta subir por las vistas, los árboles, y por el olor a plantas aromáticas, como el tomillo y el romero. Y también, por la gran paz que allí se respira, que sólo es interrumpida por los trinos de los pájaros, y por el ruido que hace el agua que mana de los caños de la fuente.
Un día al subir, me encontré a un grupo de chicas, que estaban hablando de filosofía, sentadas en uno de los bancos, bajo la sombra de los árboles que hay al lado de la fuente. Cuando iba yo a sentarme en uno de los bancos, las saludé.
Me devolvieron el saludo y una me preguntó:
-Vienes mucho por aquí.
Y le contesté:
-De vez en cuando.
Y como habíamos empezado a hablar, me senté en el banco más próximo a ellas.
Y como si hubiera adivinado mi pensamiento, me dijo:
-Puedes sentarte con nosotras. Estamos hablando, sobre cual es el sentido, de nuestra estancia aquí en la tierra.
Como creí que estaban de broma, le contesté:
-De acuerdo me sentaré con vosotras. Pero en este tema, como en casi todos, tengo muchas preguntas, y pocas respuestas.
Y entonces, la que llevaba la voz cantante, me dijo:
-O sea, que estás igual que nosotras.
Y le contesté:
-Pero siempre estoy dispuesto a escuchar, a quien tenga algo que decir.
Y ella me contestó:
-Hace tiempo que nos interesa este tema. Pero al igual que tú, también tenemos más preguntas que respuestas. Pero sí creemos, que la mente humana tiene una capacidad que no podemos ni imaginar, tanto para desarrollar el pensamiento positivo, como el negativo.
Entonces ella me dijo:
-¿Puedo hacerte una pregunta?
Y le contesté:
-Pregunta lo que quieras.
Y me preguntó:
-¿Eres una persona religiosa?
Y le contesté:
-No sé que entiendes por persona religiosa. Si ser una persona religiosa significa creer, que hay un dios, que premia a unos y castiga a otros, y que estás obligado a seguir el dictado de los que se dicen sus representantes en la tierra, para poder alcanzar la felicidad en el otro mundo. Y que al que no obedezca su doctrina será castigado, entonces no soy para nada una persona religiosa.
Ahora, si la religiosidad se entiende por ser responsable de tus actos, lo que equivale a ser una persona libre, porque nadie puede ser responsable de nada si no es libre. Y creer que sólo cosecharás lo que siembres. Y que el daño que hagas a los demás, repercutirá en contra tuya, porque todos somos hojas y ramas de un mismo árbol.
(2)Y ser conscientes, de que las luchas y los odios de los unos contra los otros, se manifiestan en el malestar del mundo, que en definitiva somos todos. Si querer luchar contra los abusos, los odios, los rencores, para que todos podamos disfrutar de un mundo mejor, entonces sí soy una persona religiosa, Pero esto no tiene nada que ver con la religión. Aunque haya religiosos que también coincidan con estos fines. Pero hay otros religiosos, que están por otra labor, como refleja bien la celebre sentencia de Jomo Kenyatta, el líder keniano que consiguió la independencia de su país de los ingleses, cuando decía: “Cuando los ingleses llegaron a Kenia, ellos tenían la Biblia y nosotros las tierras. Hoy nosotros tenemos la Biblia y ellos las tierras”.
Entonces la chica me preguntó:
-Pareces budista, ¿lo eres?
Y le contesté:
-No, no lo soy, pero sí hay muchas cosas en el budismo, con las que estoy de acuerdo.
Y me volvió a preguntar:
-Parece que te gusta el estudio de las religiones. ¿Qué conclusión sacas del estudio comparado de las religiones?
Y le contesté, lo que parece una perogrullada, pero que no por eso, resulta menos evidente, que todas las religiones y filosofías, lo mismo que todas las personas y todo tipo de sociedades e instituciones, tienen cosas positivas, y otras no tan positivas o negativas.
Porque las cosas que nos rodean, no están ahí por casualidad, y no es ninguna tontería, que queramos comprender ¿por qué están ahí, con qué fin, y de qué forma nos afectan?
Si cualquier religión, filosofía o política o lo que sea, sirve para aumentar el bienestar, la libertad, y la autoestima de las personas, merece ser apoyada. Pero toda imposición o dogmatismo, cuyo fin esté encaminado a dominar a los demás o a impedir su libertad, debe ser rechazada.
Para que la sociedad avance, se necesita, que la revolución empiece dentro de uno mismo, a través de la cultura y de la libertad. De todos los bienes que poseemos, la cultura es el más importante, y el que es más difícil de perder. Por eso la prioridad de todo país que sabe lo que hace, debe ser desarrollar su potencial humano, que es su mayor riqueza y la más segura de mantener.
Y entonces ella me preguntó:
¿Qué opinas de la inmortalidad?
Y le contesté que no lo sabía. Tengo unas ideas bastante claras, sobre como debo de comportarme con las demás personas, que quizá sea de las pocas cosas que tengo claras. Igualmente creo, que esta relación con los demás, debe consistir, en tratar a los demás, como me gustaría que me trataran a mí. Porque de ello depende en gran parte, tanto el bienestar o malestar de los demás, como el mío propio. Pero sobre el más allá, aunque vislumbre algunas ideas que me parecen razonables, no pueden ser verificadas. Por lo tanto están fuera de toda discusión. Sí me gustan algunas cosas del budismo, es porque lo considero más una especie de moral basada en la tolerancia, que una religión basada en la autoridad. La única autoridad que reconozco, es la autoridad moral de los que predican con el ejemplo. Es este el motivo por el que me gusta el anarquismo.
Y ella me preguntó:
-¿Qué entiendes por anarquismo?
-¿Qué entiendo por anarquismo? Entiendo por anarquismo, el poder serme fiel a mí mismo y respetar a todos. Porque siéndome fiel a mí mismo, es la única manera de no poder ser infiel a nada, ni a nadie.
(3) Y ella me contestó:
-He analizado lo que has dicho y te entiendo, pero se debe tener claro que tipo de relaciones se quiere tener, para evitar problemas futuros.
Entonces le dije yo a ella:
-Parece que me estéis examinando, yo me he sentado con vosotras para aprender.
Ya que sois mujeres, me gustaría conocer vuestro punto de vista, para que me explicarais, que opináis sobre el amor.
Y ella contestó:
-Esto que te lo conteste Mari.
Entonces la que se llamaba Mari, me contestó:
-¿Te gustaría saber qué es el amor o en realidad te refieres a lo que es el enamoramiento?
Y le contesté:
-Tienes razón, en realidad, lo que me gustaría saber, es, qué es el enamoramiento. Porque entiendo que no es lo mismo el amor, que el enamoramiento. Pues tú puedes sentir amor, por tu mujer, tus padres, tus hijos, amigos, país, y esto es un amor tranquilo. Mientras que al enamoramiento, no le veo ninguna tranquilidad.
Continuó Mari:
-Si me lo permites, te voy a exponer una intuición mía, desarrollada a través de la meditación sobre el enamoramiento. Pero que en realidad, tampoco puedo verificar.
El hombre actual, puede llegar a alcanzar tal nivel de desarrollo en la escala evolutiva, del que ahora mismo no somos ni capaces de imaginar. Algunos orientales dirían un nivel casi divino. Sabiendo que, para ellos, la divinidad es muy diferente a lo que nosotros entendemos como tal. Esta divinidad, es llamada por unos, la naturaleza, otros la llaman Dios, otros el absoluto, y otros de mil formas distintas.
Pues parece ser, que el enamoramiento es como un vislumbre en la actualidad, de ese futuro desarrollo evolutivo casi divino, de la persona de la que te enamoras, visión tan perfecta, que te deslumbra y te ciega de tal modo, que sólo se tienen ojos y pensamientos para ella. Y mientras dura esta visión, todo nuestro afán, es estar pendiente y al lado de la persona que amas.
Y, este mismo vislumbre, parece ser, el que experimentan algunos místicos, de todas la religiones, cuando nos hablan de sus visiones, de Dios, de un Cielo, o de un Santo.
Es posible también que haya, en cada grupo religioso e incluso filosófico, una especie de inconsciente colectivo o alma grupal, que haga de puente, entre el consciente y el inconsciente grupal, ¿qué es lo que me hace pensar así? Me hace pensar de este modo, el que la Virgen no se les aparezca a los musulmanes, ni en sueños. Ni Mahoma a los cristianos. Ni Santa Rita a los chinos.
Cuando nos dimos cuenta, ya era hora de irse, el tiempo había pasado muy rápido. Ellas se despidieron muy afectuosamente de mí.
Y yo me acerqué a visitar el pino bajo el cual está enterrado mi perro Oliver, que dista unos veinte o treinta metros de la fuente.
Mi hijo y mi hija, enterraron allí a Oliver, porque habían jugado allí con él, cuando Oliver era pequeño. Y aunque Oliver ya no se entera, allí sigue manando el agua de la fuente, y trinando los pájaros.